La mujer que es enfermera de día y de noche dominatrix en el sexo
Mistress Cee es su nombre y en esta entrega de Ver para Saber explica los juegos sexuales de control. Y descontrol.
Un nuevo capítulo de Ver para Saber.
Se alista para un día más en su trabajo, viste su uniforme y hacia el hospital va. Es enfermera de profesión, aunque su otra vocación la desvive de emoción: Mistress Cee es en quien se transforma de noche, una dominatrix sexual. ¿De qué se trata el término?
"BDSM es un conjunto de prácticas: bondage, dominación, sado o sumisión y masoquismo. Dentro de ello, hay prácticas mentales y otras que son más físicas. Todas tienen que ver con el sometimiento", explica la protagonista. Dominatrix o dominatriz BDSM es el término que adopta su desempeño, su vínculo siendo más amplio con el acto sexual. Un aspecto lúdico que le encuentra a las relaciones sexuales.
"No necesariamente la sexualidad está basada en lo genital", define. Golpes, texturas y elementos, pero todo jugando. "Me ha pasado que los maridos ´envían´ a sus mujeres para vivir la experiencia", cuenta de un lado. Y del otro, devuelve:
"Una vez conocí una persona que jugaba con nosotros y él era dominante. Nosotros con mi pareja hacíamos un juego de migración hacia el cornudo: una persona está con su pareja y realiza un acting. Tu pareja es la que tiene que llevarte, vestirte y prepararte para el encuentro con otro".
Sin embargo, no repara en la necesidad de aclarar algo sobre entendido para su entorno pero no para la sociedad en general. "Todo se realiza dentro de un marco sano, seguro y consensuado. No se hace nada que no se haya pactado antes. Se pactan los límites, fundamentalmente por parte del sumiso en el vínculo. Hay señales para demostrar incomodidad".
Mistress Cee tiene su propia lista de innegociables: "No hago marcas permanentes, ni scat. Eso es relacionarse con materia fecal en el medio. El resto, no hay problema".
Después de la pandemia cualquier tipo de relación adoptó la modalidad virtual. ¿Existe este tipo de vínculos a distancia? "Viajé tres meses a Europa y me quedaron muchos clientes. Les paso contenidos, una o dos veces por semana. Cuando me buscan están deseosos del sado, trabajo con agujas y el fetichismo médico es obvio", describe la enfermera.
Conocé más sobre este nuevo mundo sexual que se abre para la mayoría, pero ya tiene habitantes en su nicho explorando la vinculación.
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