La historia del embalsamador que recuperó el cuerpo de Perón

Daniel Carunchio explica su trabajo y la trascendencia del mismo por las personas con las que desempeñó su labor. El tiempo que le llevó trasladar a Perón, las sospechas sobre los cajones de los presidentes y el poder como presión extra.

Trabajó con los cuerpos de Menem Jr, Frondizi, Sofovich y más.

Por Redacción Ver Para Saber

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7 de Agosto de 2024 19:15

Las historias conspirativas se replicaban de boca en boca, otrora, y ahora viajan a una velocidad peligrosa en la era de la posverdad. Quién está en el cajón cerrado. Es el presidente, no es, otro cuerpo. Daniel Carunchio tuvo que convivir naturalmente con esas teorías falsas, casi como parte de su trabajo.

"Por ahí cuentan las historias medias confusas", le dijo buenamente a Ver para Saber el embalsamador de presidentes. "Con Carlos Menem Jr, decían que el cuerpo no estaba ahí y tuvimos que ir a la exhumación", cuenta Daniel Carunchio. 

El protagonista de este mano a mano con Ver para Saber trabajo con los cuerpos de Juan Domingo Perón, Arturo Frondizi, Fernando De la Rúa, Luis Alberto Spinetta, María Elena Walsh, Leonardo Favio, Gerardo Sofovich y Carmen Argibay, entre otros. Su fama en el rubro creció tras su gestión con el cuerpo de Perón.

 

"Estuve mucho tiempo trabajando en el traslado y la recuperación del cuerpo de Perón. Un año. Viajé a España a ver a la esposa y pedí la autorización. Habían dicho que no era el cuerpo del general, que lo habíamos llevado a otro lado", relata en parte de la nota exclusiva con Ver para Saber.

A propósito de ese hito en su carrera, Carunchio ganó la confianza de políticos y famosos. Nada fue casualidad. Criado en una familia del rubro, que tenía funerarias, supo de la prolijidad y confianza con la que le encomiendan cada trabajo. "Está descansando, está dormido. Yo tengo que lograr ese bienestar en la gente que despide a un ser querido. Y, por otro lado, ser cuidadoso con el contagio de enfermedades".

Los detalles de su trabajo pueden generar debates morales sobre la muerte. ¿Hasta dónde puede maquillar un cuerpo sin vida? "Nosotros pedimos una planilla en donde estipula la familia cómo quiere que quede: afeitado, el pelo, lo que fuese para conservar las características que representaban a la persona. Tuvimos un caso particular: a un señor le gustaba el bronceado. Falleció en la costa, pero la hija quería que esté bronceado. Nosotros trabajamos con coloraciones, tuvimos que aumentar la misma dentro de la química y logramos el color pretendido".

Más allá de lo mediático de su apodo y el impacto mediático de "el embalsamador de presidentes", Diego Carunchio entiende la lógica que aplica para respetar su trabajo: "A todas las personas las trato como a Doña Rosa"