Kitty Sanders: la periodista rusa que rescata mujeres en burdeles argentinos
Comenzó a involucrarse como una infiltrada. Rescató personas en situación de trata en diferentes países. En esta entrevista exclusiva con Ver para Saber, cuenta su vida y su historia.
Conocé la historia de la mujer que se infiltra en cabarets para rescatar mujeres.
Su pasaporte informa sobre su natalicio. Fue hace 36 años en San Petersburgo, Rusia. Aunque también demuestra con sus sellos los países en los que estuvo: más de veinte. Los viajes no tienen una historia romántica, o como conocemos la mayoría a las historias románticas. Lo que si motiva a su periplo es el sentimiento. El solidario, colaborativo y justiciero. Kitty Sanders, la periodista que se infiltra en burdeles para luchar contra la trata.
"La historia empezó hace bastante tiempo, cuando tenía 18 años. Como cualquier joven periodista quería cambiar el mundo y pensaba que podía hacerlo fácil, pero no era así", reconoce Kitty en una entrevista exclusiva de Ver para Saber. Cierta inocencia propia de la juventud y la realidad de su ciudad de origen encendieron la llama de la curiosidad, el combustible que necesita una periodista.
"Vivía en un barrio pobre de San Petersburgo. En el puerto había contrabando de todo, incluso de personas. Aunque veía a las mujeres abrigadas, con gestos sospechosos, y no sabía lo que estaba pasando. Hasta que me explicaron para qué las enviaban". Su ADN no iba a permitir que la situación pase por sus ojos sin accionar. Su abuela le enseñó a luchar contra el mal: veterana de la Segunda Guerra Mundial, integró el único escuadrón de mujeres que peleó contra los nazis, y denunció a los alemanes que violaban a las mujeres soviéticas.
De la sospecha a la confirmación: las verdades de los burdeles
"Las mujeres me mentían. Alguien de la policía, con quien tenía relación, me explicó que nadie me iba a decir lo cierto sobre un negocio ilegal. Para investigar un entramado criminal, tenés que ser parte. Por eso tenía que proponerme ser víctima o tratante", cuenta Kitty Sanders. Como una corresponsal, no podía aportar soluciones sin involucrarse. Y si bien consiguió la difusión del tema que inicialmente se propuso escribiendo tres libros, su lucha trascendió poniéndole el cuerpo.
"No podés hablar de trata si no la sufrís. Si no sufrís a los clientes. Yo sabía que si mi proxeneta dudaba o si se enteraba que era periodista, me mataba. En definitiva, tu vida vale menos que una bala de pistola". Así de crudo es el relato que brinda la periodista rusa ante el micrófono de Ver para Saber. Así de cruda fue su infiltración en los burdeles de Rusia, de Brasil, de más de veinte países en el mundo. "En Chile, una mujer le puso Kitty a su hija porque logré que se la devuelvan. El gobierno no lo permitía y gestioné con la Iglesia para que le restituyeran la tenencia".
Kitty Sanders ejemplifica en una gestión lo que opina sobre las instituciones. "Todas las organizaciones tienen personas corruptas y no corruptas. La policía, la política, la justicia, la prensa. Siempre vale la pena hacer la denuncia. Los vecinos a veces piensan que no van a hacer nada y denunciando, alguien puede hacer", profundiza. Ella encontró ayudas en diferentes religiones, organismos gubernamentales o no. Pero, en todos los casos que sea necesario, poniendo su cuerpo sin ecuanón.
"En Brasil conocí a una mujer que tenía una bebé con un problema en el corazón. Se moría. Entonces trabajé a la par de ella para juntar la plata, lo conseguimos y salvamos una vida".
Su llegada a la Argentina, donde se convirtió en referente
Llegó al país en 2013 y, más allá de circunstancias que la obliguen a viajar, regresa para continuar con su vida en Argentina. Entre sus logros puede destacarse la confianza ganada. No sólo por parte de las víctimas. Fundamentalmente de las autoridades. Su convencimiento, tenacidad y perseverancia, fueron aptitudes que entremezcló perfectamente con su sabiduría, confianza y apertura mental para entender que hay gente que puede ayudar en cualquier parte.
"Cuando llegué a Argentina recibí apoyo como nunca. Me radiqué acá en Constitución. Descubrí que atrás de un lavadero había camas. Cuando indagué en los burdeles, no sabían que era periodista, y había gente que me ayudaba pensando que era una trabajadora extranjera. Acá (en Argentina) hay desventaja económica, pero ventaja social".
Kitty tiene 8000 voluntarios hoy en día trabajando por toda la Argentina. Por eso deja abierta la posibilidad de que le envíen mensajes a su cuenta de Instagram @kitty_sanders. Desde un chat o una denuncia, puede activar junto a sus contactos el operativo de rescate. Se enfoca en el día a día. Dicta cursos de defensa personal para chicas y da charlas en escuelas en todo el país y a los integrantes de las Fuerzas Armadas.
Sin embargo, acepta el espacio de reflexión ante la pregunta de Ver para Saber y advierte: "El rescate de la víctima es la primera etapa. Luego hay que trabajar sobre las adicciones y las enfermedades sexuales que contraen. Para prevenir, podríamos recomendar que tengan cuidado a las ofertas laborales por redes sociales, que incluyen viajes y mucha plata".
Parece un tema de otrora, pero es actual. Parece una historia de película, pero es la de Kitty Sanders. "El año pasado rescatamos en Buenos Aires a la hija de un fiscal. Viajó desde Rosario para ser modelo. Y terminó siendo víctima de trata. Podés ser chica, chico, rico o pobre. Puede haber corrupción en cualquier organización, pero también gente que quiera hacer bien las cosas", concluye la periodista rusa que valora a la Argentina y lucha por un mundo mejor.
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